Se dice que los zapatos revelan hasta un 90 por ciento de tu personalidad. Y es que según su estado de conservación, su forma… etc pueden decir de ti mucho más de lo que crees. Es por esto que siempre está bien visto que los zapatos estén cuidados. Si no tienen arreglo recomendamos invertir en un par nuevo, pero no siempre hay presupuesto para ello por lo que a continuación te damos unas simples recomendaciones con la que podrás alargar la vida de los mismos y cuidar las nuevas adquisiciones.
Cuidado con el olor de tus zapatos
Te huelan o no los pies, es cierto que tarde o temprano puede ser que tus zapatos adquieran un aroma nada agradable, no tiene sentido que vayas de punta en blanco y de repente vayas emanando olores que no van acorde con tu outfit.
¿Qué podemos hacer si el zapato con el uso ha cogido olor? Un sencillo truco es utilizar el clásico ambientado de coche de toda la vida, el que es un pino, y meterlo en el interior del zapato dejándolo reposar durante al menos una noche.
Otra cosa que podemos hacer es cambiarle las plantillas al zapato, ya que su mala calidad puede dar lugar a estos indeseados olores. Para que esto no pase recomendamos siempre adquirir zapatos de materiales naturales.
Arrugas y marcas en los zapatos de piel
Los zapatos de piel sin duda son la mejor inversión que puedes hacer, pero hay que saber cuidarlos para que te duren mucho tiempo. En unos zapatos de este tipo lo primero que se les nota es que es les empiezan a salir como arrugas. ¿Solución? Lo mismo que hacemos con nuestra cara, una crema hidratante y como nuevos.
Venden cremas hidratantes para estos casos, especiales para calzado, con aplicarla y espera pocas horas para que se hidraten es más que suficiente. Después habría que pulirlos un poco y como nuevos.
Si no tienes crema especializada puedes probar con vaselina pura.
Sécalos correctamente
En el caso de que tus zapatos se puedan lavar, jamás se te ocurra secarlos encima de un radiador, ya que no es nada recomendable su exposición a las altas temperaturas debido a que podrían probar deformaciones en los mismos. Hay que respetar un secado natural, lo suyo es tener más de un par de zapatos por temporada para poder usar unos en caso de que se estén secando otros y no quedarnos sin zapatos.
Zapatos calados
Son muchas las veces que nos ha pillado un chaparrón repentino en la calle y sin paraguas… en estos casos los zapatos cogen una humedad de la que es difícil deshacerse si no los pones en el radiador, que como ya hemos dicho, no es nada recomendable (aunque todos lo hemos hecho).
En este caso, para evitar el olor a humedad y garantizar un buen secado es mejor meter dentro de los zapatos una bolsita de tela con arroz.
Ponte el calzado de manera correcta
Parece un consejo bastante evidente, pero muchas son las veces que por tener prisa nos calzamos mal, deformando el zapato y tras poco tiempo deformando la parte trasera del mismo. Para evitar esto podemos hacernos con un calzador, así evitaremos que el zapato pierda su forma y nosotros nos calzaremos más rápido y cómodamente. Si no tienes un calzador puede ser útil también alguna tarjeta de plástico que ya no queramos
Evita dejar las manchas, trucos para quitarlas
Es muy común dejar una mancha en el zapato por no saber cómo quitarla y temer estropearlo más. No te precupes, cada material y mancha tienen su truco, apunta estos para ahorrarte más de un disgusto
Zapatos de gamuza y nobuk
En estos materiales como de ciertopelo, el mejor consejo es utilizar una simple goma de borrar, de las de toda la vida vamos. Al frotarla verás como se va la suciedad junto con las virutas de la goma. Para casos extremos puedes usar una lima de uñas, pero ojo, es más agresiva y debe utilizarse con mucho cuidado de no llevarnos el propio material del zapato.
Zapatos de tela con tonos vivos (H3)
Es muy típico que unas zapatillas de lona y con colores muy vibrantes se ensucien a las pocas puestas. El lavarlos mucho en la lavadora puede alterar su forma, ya que como dijimos, con las temperaturas elevadas no favoreceremos la conservación de nuestros preciados zapatos.
Una buena alternativa es realizar un preparado de zumo de limón con agua, aplicándolo en los zapatos con un trapo obtendremos unos buenos resultados. Para manchas más profundas es mejor dejarlo actuar una media hora para más tarde aclarar con agua.
Gracias a estos consejos tus zapatos “hablarán mejor de ti”, por no decir que te durarán mucho más tiempo como nuevos. Aunque reconozcámoslo, ¡a todos nos encanta estrenar zapatos!